Cuando el uniforme o ropa de trabajo son obligatorios
El uso de vestuario laboral es obligatorio para todos aquellos trabajadores a los que se les entrega la indumentaria, por lo que acudir a tu puesto sin ésta resulta una falta grave.
La obligación del trabajador consiste en mantenerla limpia y en buen estado. En los contratos de trabajo ya se especifica el compromiso a utilizarla. Por parte de la empresa, el compromiso consiste en facilitar los uniformes –uno de repuesto- y el de cambiarlos de acuerdo a la climatología, a las normas de protección dictaminadas y de obligado cumplimiento por parte de la Unión Europea, o de reemplazarlo como consecuencia e un cambio de imagen.
Actualmente dan servicio las llamadas empresas de renting, muy utilizadas en determinados países de Europa y de EE.UU. Se encargan del suministro y mantenimiento del vestuario laboral, así como de la sustitución de prendas dañadas. En estos casos el trabajador recibe a su debido tiempo la indumentaria limpia y embolsada.
Las razones para que las empresas opten por el vestuario laboral son distintas. En la industria porque se generan residuos que pueden adherirse a prendas o calzado. Y, lo más importante, en muchos sectores como el metalúrgico, el petroquímico o el de la construcción es necesario proteger al trabajador de acuerdo a la función que va a desempeñar, avituallándolo con prendas, calzado de protección, así como en algunos casos, con EPI para la seguridad de la cabeza –casco-, auditiva o visual. Otras entidades como hospitales, centros médicos, geriátricos, laboratorios o consultorios utilizan básicamente la ropa de trabajo con una finalidad higiénica. Con el mismo objetivo, se visten los dependientes de carnicerías, pescaderías o charcuterías, lo mismo que los chefs y los componentes de sus equipos. Finalmente, por sus características, algunas empresas podrían prescindir del uniforme. Sin embargo, cada día toma mayor relieve la transmisión de unos valores de marca y la uniformidad contribuye enormemente a subrayar la imagen corporativa de una empresa.
Es importante que sepas que la ropa de trabajo debe facilitártela siempre la empresa –de tu talla y en perfectas condiciones-, lo que equivale a que no tienes que hacer ningún desembolso. Pero no olvides cuidarla con cariño. Si destrozas una prenda por un mal uso o mantenimiento, puede que la empresa no asuma el coste y estés obligado a pagarla.
Los que no llevan uniforme tampoco pueden vestir como quieran
La imagen cuanta cada día más en el trabajo y hay que cuidar mucho de la limpieza corporal, usar prendas adecuadas y en buen estado y no desentonar del resto de compañeros.
Recomendamos relegar el uso de piercings para el fin de semana. Los pantalones bermudas pueden estar indicados si se realizan trabajos en el exterior, como en el caso de los técnicos de la construcción, pero pueden resultar demasiado informales en el ámbito de una oficina. Las chanclas o las sandalias voluminosas que usa mucho el género masculino también deben reservarse para los paseos o para la playa.
En cuanto a las mujeres, el exceso de maquillaje o de abalorios como collares, pulseras o la proliferación de anillos, tampoco ayuda a crearse una imagen profesional.
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