MANTÉN EL ASPECTO DE NUEVA DE TU ROPA DE TRABAJO
Consejos de lavado
Lo más importante es leer las indicaciones del fabricante para el cuidado y mantenimiento de la prenda. Si quitas las etiquetas de tu ropa guárdalas por si necesitas su información más adelante.
Antes del lavado, clasifica la ropa. La separas en función de su suciedad, ropa sucia y poco sucia. Lo que se traduce en programas de lavado más o menos largos.
De todos los programas de tu lavadora, elige el más adecuado de acuerdo a la prenda que vas a lavar. Selecciona la ropa de acuerdo al tejido -algodón, lana, viscosa, poliéster-algodón, textiles técnicos, etc. Luego elige el programa que la lavadora te indique.
Pon la dosis de detergente que la marca que usas te indica. Añadir más del necesario estropea los tejidos y puede dejar manchas en la ropa.
Es preferible el detergente líquido que el sólido o granulado, que tarda más en disolverse y forma grumos en el depósito para jabón de tu lavadora.
Si lavas ropa de color inclínate por un detergente neutro. Los hay que contienen demasiado blanqueador.
Lavar las prendas del revés contribuye a un menor desgaste.
Cierra las cremalleras de tus prendas antes de lavarlas. Disminuirá en mucho el problema de su rotura.
Procura no lavar tus prendas a temperaturas altas, salvo en casos de exceso de suciedad. Intenta ir por debajo de las recomendaciones del fabricante. El agua demasiado caliente perjudica los tejidos. Es aconsejable no superar los 30ºC. De todos modos, ten a mano la etiqueta de la prenda y sigue sus recomendaciones.
Si lavas prendas que pueden desteñir sepáralas del resto.
No llenes en exceso la lavadora, demasiada carga contribuye a que algunas piezas no salgan del todo limpias.
Las prendas de sastrería, con forro y entretelas, deben lavarse en seco. Con la excepción de que el fabricante de las mismas indique lo contrario.
Dosifica muy bien la lejía ya que desgasta las prendas y ataca los colores de los tejidos. Sustitúyela por blanqueadores.
Programa un centrifugado suave ya que su abuso desgasta la ropa y, a veces, la apelmaza.
Una vez finalizado el programa, saca las prendas de inmediato de la lavadora para que no se arruguen en exceso y pierdan su olor a limpio.